domingo, 9 de octubre de 2016

El trigo en Canarias


Desde la más remota antigüedad, una de las bases de la alimentación humana ha sido el trigo. Entre los restos de antiguas civilizaciones han sido hallados granos de este cereal, así como piedras utilizadas para molerlo.
Su cultivo está unido, históricamente, al nacimiento de las poblaciones agrícolas sedentarias, y su empleo como elemento de nutrición para el hombre y para los animales domésticos se ha considerado siempre de la mayor importacia.
El trigo y las demás plantas cereales tanto como cebada, centeno, avena, maíz, arroz han de ser estudiados con el interés que merece su gran utilidad.


Es difícil concebir una comida sin pan. Casi siempre, el pan que comemos se ha elaborado de harina de trigo. Sin embargo, harinas de centeno, avena, maíz siguen empleándose.
Este vegetal se siembra en tierras preparadas mediante operaciones anteriores: arado, abonado con productos ricos en sales minerales que le sirvan de primer alimento, etc.
La siempra se realiza en el otoño, casi siempre. En algunas regiones de clima húmedo y cálido puede hacerse en la primavera.


De cada grano germinado salen varios tallos que aparecen sobre el nivel del terreno, iniciando un crecimiento que terminará al florecer la planta. Luego, al llegar los calores del verano, madura el fruto a la vez que los tallos y las hojas se secan adquiriendo el color amarillo característico.


Se procede, entonces, a la siega corte de las plantas que se lleva a cabo con hoces de mano o máquinas adecuadas, llamadas segadoras.
Traslado el trigo a lugares apropiados que reciben el nombre de "Eras", se trillan con otras máquinas que dejan los tallos y las hojas cortados (convertidos en paja), y los granos limpios y ensacados. Aún en unos pocos lugares de las Islas se usan caballos para la trilla.
La utilidad principal del trigo es la preparación de pan, después de molerlo para convertir en harina, separando la cáscara o salvado.
La paja se destina a la alimentación y cama del ganado. También para producción de estiércol que sirva de abono.

Dadas las características de la dieta de la población canaria, el cultivo de cereales y legumbres ha sido básico; sin embargo, los factores físicos determinaron la mayor o menor amplitud de los distintos cultivos según las condiciones edafológicas o climáticas.
El sistema agrario de la economía de subsistencia se basaba en el cultivo de papas y cereales, complementado con legumbres.


Los cereales tenían preferencia sobre los demás, pues de su cosecha dependía primordialmente la subsistencia. El nivel de necesidad era tal que el cereal no se panificaba en muchos casos, sino que se consumía directamente después de tostado "gofio", bien en forma de gacha, es decir, mezclado con leche o caldo caliente, y recibía entonces el nombre de escaldón o gofio escaldado; o bien se consumía formando una masa espesa tras amasarse con agua fría, en un lebrillo o en un zurrón, y se comía con el conducto: queso, mojo de pimienta, fruta, etc.


La función de las legumbres era doble; además de su papel alimenticio, constituían un excelente método para recuperar la fertilidad de las tierras debido a su conocida capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico.
En los últimos años asistimos a una paulatina desaparición de los cereales y de las legumbres, enmarcada en la crisis agraria generalizada, particularmente acentuada en la agricultura de secano destinada al consumo interno. Se ha producido el abandono de una amplia superficie de cultivo que antaño, con duras dificultades, abastecía a la población de las Islas, mientras que hoy la práctica totalidad del consumo depende de las importaciones.


Como en el resto de los cereales, hasta comienzo de la década de los años sesenta representaba una importante proporción de la superficie cultivada, que podemos estimar como superior al 15% del total. Abarcaba los suelos más ricos y de mayor humedad en todas las islas del Archipiélago. En Tenerife  se extendía desde Pedro Álvarez, en el Valle de Tegueste, hasta Teno, y en menor medida en el Sur de la isla.
Altitudinalmente, abarcaba desde la zona costera en el Norte hasta los 1.500 m. en el sotavento. Los mayores rendimientos y superficie de cultivo se localizaban en la Vega Lagunera y en Los Rodeos. En La Palma el cultivo del trigo se situaba preferentemente en el NE de la isla, de Mazo a Garafía. En Gran Canaria, las áreas de cultivo estaban localizadas desde los Llanos de Valsequillo a Hoya de Pineda. En el resto de las islas ocupaba también las mejores zonas, y tuvo especial importancia en Fuerteventura, que dedicó una amplia superficie al cultivo hasta los años de la década de los sesenta.
En la actualidad el cultivo del trigo ha pasado a convertirse en una actividad marginal que prosigue en su regresión, por lo que en no muchos años pasará a convertirse en un cultivo anecdótico.

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