jueves, 25 de febrero de 2016

Catedral de Burgos


La catedral de Santa María de Burgos, construida en el siglo XIII, es uno de los edificios más relevantes del gótico español. Impresiona por las dimensiones de todo el conjunto y por la riqueza de las obras de arte que alberga en su interior.
A pesar de las profundas reformas y ampliaciones de los siglos XV y XVI, la catedral de Burgos ha conservado su carácter propio.


Su construcción comenzó en 1221, siguiendo los cánones del estilo gótico francés temprano, que se reflejan de forma extraordinaria en el edificio. La nave central tiene una longitud de 84 metros; soportan el cimborrio dos hileras de seis pilares cada una y se cierra con el profundo coro, de enormes dimensiones. La fachada principal, ricamente adornada con esculturas e inspirada en el gótico francés está flanqueada por dos torres de planta cuadrada; las agujas se añadieron en el siglo XV. La fachada norte y la puerta del Sarmental son originales del siglo XIII.


En su interior, la capilla del Condestable (1482-1494) es una joya arquitectónica del gótico tardio. Fue proyectada en forma de octógono cubierto por una bella bóveda estrellada; en el centro se hallan los sepulcros del condestable de Castilla Pedro Fernández de Velasco y de su esposa. La escalera Dorada, al norte del claustro, es de principios del siglo XVI.


El estilo indudablemente gótico de la catedral de Burgos se aprecia tanto en su fachada principal como en su sobreclaustro y en las bóvedas estrelladas, caladas para permitir la entrada de luz cenital.
Haciendo un recorrido por la catedral, la vista es estimulada por todo tipo de detalles, colores y formas, siendo casi imposible retener en la memoria tanta información visual.


Entre todas las obras que encontramos en este lugar podemos destacar algunas de las más interesantes como es el caso de el Brazo sur del transepto, el cual es un rosetón circular que se abre sobre la puerta del Sarmental y que ilumina la nave del transepto sur, es un grandioso círculo de seis metros de diámetro, que enmarca un armonioso dibujo de tracerías y un círculo central. En él se conserva el único vitral contemporáneo de la fábrica del S. XIII, terminado hacia 1240. La limpieza del colorido y su transparencia confirman su ascendencia francesa. Desarrolla el tema del obispo como maestro en su diócesis, enseñando el misterio de Cristo a todo el pueblo cristiano, desde el rey al campesino.


Capilla de la Visitación: Esta capilla se construyó entre 1440 y 1442 a expensas del obispo Alonso de Cartagena. En el centro se encuentra el sepulcro del fundador tallado en alabastro. La cama es obra probable de Juan de Colonia, mientras que el yacente se atribuye a Gil de Siloé, como lo atestigua la meticulosa ornamentación del gótico florido de sus vestiduras episcopales, que recuerda la de las tumbas reales de la Cartuja de Miraflores. El retablo es obra de 1653 y sustituyó a otro anterior de estilo gótico. Entre su pinturas destacan la de la Visitación y la Virgen con el Niño y Santa Ana con San Juan, inspiradas en obras clásica italianas.


Crucero y cimborrio: Sobre la intersección de las naves mayor y transversal se levanta el cimborrio del crucero, de cincuenta metros de altura, con doble cuerpo de luces y asombrosa bóveda de estrella calada, que permite el paso de la luz cenital. Lo construyó Juan de Vallejo entre 1540 y 1568 posiblemente inspirado en el anterior que construyeron Juan y Simón de Colonia, terminado hacia 1495 y que se derrumbó en 1539. Aunque fue construido en pleno renacimiento contiene concesiones y recuerdos del gótico tardío, hábilmente armonizados con el perfil gótico de la Catedral. Es todo él un prodigio de escultura, tanto en estatuas exentas como en relieve; más de cien estatuas se distribuyen en todo su ámbito exterior e interior. De él decía Felipe II, absorto en su contemplación , "que más parecía obra de ángeles que de hombres".


Capilla de los Condestables: La más espléndida capilla de la catedral fue construida por Simón y Francisco de Colonia entre los años 1482 y 1517, y en ella trabajaron Gil y Diego de Siloe, Felipe de Vigarny, León Picardo y Cristóbal de Andino.
Admira su bóveda estrellada, las esbeltas columnas y los tres magníficos retablos. El retablo central está dedicado a la Presentación de Jesús en el templo y Purificación de María, es obra de F. Vigarny y D. Siloe Y decorado por L. Picardo. A la derecha, el retablo de Santa Ana rodeada de santas, obra de G. y D. Siloe; y a la izquierda, el retablo de San Pedro, obra de D. Siloe y F. Vigarny. En el centro se hallan las estatuas yacentes de los fundadores de la capilla: Los condestables Don Pedro Fernández de Velasco y su esposa Doña Mencía de Mendoza y Figueroa.


Hay que dedicar mucho tiempo para recorrer la Catedral de Burgos para poder ver cada uno de los rincones y detalles que esconde este gran lugar, un día completo no es suficiente para conocer la historia de cada detalle que nos rodea, por algo está catedral está considerada Patrimonio de la Humanidad.

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