Las grandes rocas que se encuentran en alguno de los barrancos de la isla de Gran Canaria eran
utilizadas para extraer partes de ellas con las cuales se realizaban
construcciones de piedra ya sea para guardar materiales o para
permanecer en ellas una temporada. En la actualidad hay quien aún
realiza la práctica de picar roca para realizar viviendas con un toque
más actual a las edificaciones rurales integrándose con el paisaje ya que al utilizar estos materiales el impacto visual casi ni se percibe.
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Una de las fiestas más esperadas en la cumbre Gran Canaria es la del almendro, pero este año va con prisas, ya que la floración de los almendros se ha adelantando con respecto a otros años, por eso del cambio climático que dicen los entendidos en esto del tiempo loco que tenemos últimamente.
A pesar de que las flores ya practicamente empiezan a caer al suelo, aún se puede disfrutar de la belleza que pinta de colores blancos y rosas la flor de almendro. Pasear por Artenara cuando se acercan estas fiestas con el aire fresco de la mañana es un lujo para los sentidos, dejando buenas sensaciones a los que se atreven a visitar la cumbre.
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En un paseo matutino por el Barranco de Tumba, en la zona de Guardaya, entre el pasto en un día de invierno con tintes de verano andaba este insecto palo. Al principio se resistía a ser retratado ya que era casi imposible enfocarlo donde se encontraba escondido, así que hubo que armarse de paciencia para que diera su mejor cara para el retrato. A pesar del tremendo parecido que tiene con la especie Zapatana (Truxalis nasuta) no he conseguido averiguar cual es el nombre correcto de este insecto a pesar de buscar en los catálogos de insectos de Canarias, o es muy pequeño y aún no se ha desarrollado por completo para poder diferenciarlo o no está recogido en ninguno de los catálogos que tengo en las estanterías.
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Madrugar es una tarea complicada, aunque solo es poner un poco de voluntad para dejar caer los dos pies sobre el suelo e ir en busca de un poco de frío. Los buenos amaneceres que está ofreciendo este raro mes de enero en la Isla de Gran Canaria son un buen motivo para levantarse a las cinco de la mañana para captar ese momento, que aunque no es muy prolongando en el tiempo si deja una sensación agradable cuando las primeras luces empiezan a iluminar el Bentayga, junto con los yacimientos de Roque del Camello, Cuevas del Rey y el Roque.
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El mes de enero está siendo algo particular, ya que nos regala unos cielos al atardecer algo particulares con esos colores variados que se dan cada tarde justo al caer el sol. Con un tiempo impropio de este mes casi cálido por las mañanas y algo de frío al caer la tarde pero en general el tiempo es agradable, casi primaveral.
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A una altitud de unos 1.444 metros las vistas que ofrece el Pico de la Bandera deja en silencio a cualquiera, este mirador natural rodeado de pinos canarios nos ofrece una vista de gran belleza de la zona centro-occidental de la Isla de Gran Canaria. Tener el mar de nubes a los pies y contemplar la Isla vecina, Tenerife, hace que subir a lo alto de este lugar sea un juego de niños, siendo complicado luego bajar, no por la dificultad más bien por que es difícil dejar de mirar la belleza del paisaje que rodea este lugar.
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A primeras horas de la mañana en la zona del Altillo, revoloteaban algunas gaviotas, saltando de roca en roca, esta escena llamó mi atención hacia un grupo de rocas cerca de una de las piscinas naturales del lugar, las nubes y el calor reinante impropio del mes de enero dejo ver algunos turistas bañándose en dichas piscinas, sin duda la mañana estaba ideal para pasear por El Altillo o simplemente darse un baño en sus aguas.
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No hay nada como los días nublados para dar un paseo por la costa, está vez por la zona del El Altillo, salpicado por las rompientes. Aunque este lugar resulta interesante tanto por el baño de sus piscinas y por interés que despierta para el surf, también tiene cierto encanto para la fotografía, ya que las rocas que se encuentran a lo largo de la costa cuando baja la marea dan bastante juego al golpear el mar en ellas produciendo ambientes de ensueño.
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Los nervios de última hora se hacen presente entre los más pequeños cuando tienen delante a los Magos que van hacer realidad sus ilusiones.
En su visita a Gáldar los Magos de Oriente contestaron algunas preguntas de los más curiosos, en su ya tradicional llegada en helicóptero en este municipio.
